Juantxo López de Uralde: «El excesivo uso del transporte de mercancías por carretera supone una debilidad estratégica y ambiental para nuestro país.

 Uno de los aspectos que la crisis del transporte por carretera está poniendo de manifiesto es la vulnerabilidad que el actual modelo supone para mercados críticos como el de la alimentación. La excesiva dependencia de los combustibles fósiles para el transporte de mercancías tiene que ver con la baja cuota del ferrocarril en nuestro país para transportar mercancías. 

Según Eurostat, en el año 2018 la cuota modal media de transporte de mercancías por ferrocarril de los países de la UE estaría en el entorno del 18 %. En el caso de España, la cuota modal del transporte ferroviario en el transporte de mercancías terrestre se situó en 2019 en el 1,6% en toneladas netas (1,8% en 2018) y en un 4,0% en t.km netas (4,2% en 2018). Es decir, España esta muy por debajo de los países de la UE a en la utilización del ferrocarril Iara el transporte de mercancías.

En términos de actividad, en el año 2019 la carretera y el ferrocarril han tenido comportamientos bien distintos ya que la carretera ha visto aumentar en un 4,6% las toneladas netas transportadas y en un 4,4% las t.km netas, en tanto que en el ferrocarril se ha producido una disminución del 4,6% de las toneladas netas y un estancamiento en las t.km netas transportadas con una variación interanual del 0,9%.

El diferente comportamiento de ambos modos de transporte consolida todavía más la posición predominante de la carretera como medio más utilizado en España para el transporte de mercancías. 

Para Juantxo López de Uralde «El excesivo uso del transporte de mercancías por carretera supone una debilidad estratégica y ambiental para nuestro país. El ferrocarril es mucho más favorable en materia de emisiones, y reduce nuestra dependencia de combustibles fósiles que importamos del exterior». 

Por eso, desde Alianza Verde señalan que «Cambiar el transporte de mercancías de la carretera al ferrocarril supondrá una diferencia sustancial en la huella de carbono del sector del transporte». Y que, por lo tanto, «la legislación existente debe revisarse y mejorarse para crear mejores condiciones para esta necesaria transición. Debemos internalizar adecuadamente las emisiones de CO2 y otros costes ocultos del transporte por carretera para cada vehículo, convirtiendo el actual sistema de euroviñeta en un sistema de tarificación basado en la distancia. Debe promoverse la construcción de trenes de última milla a fábricas y almacenes».